¿El uso prolongado de pantallas puede causar miopía?

06 Febrero 2025

En la era digital actual, el tiempo frente a dispositivos electrónicos se ha convertido en parte integral de nuestra vida diaria. Desde el trabajo y el estudio hasta el entretenimiento, el uso prolongado de pantallas es una constante. Este cambio en nuestros hábitos ha generado inquietudes sobre la salud visual, en particular, sobre si el uso excesivo de pantallas podría causar o agravar la miopía.

La miopía es un defecto refractivo que dificulta la visión de objetos lejanos, mientras que la visión cercana suele mantenerse relativamente clara. Se produce cuando el globo ocular es ligeramente más largo de lo normal o cuando la córnea tiene una curvatura excesiva, haciendo que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de directamente sobre ella. Este problema puede tener componentes genéticos, pero también se ha observado una fuerte influencia de factores ambientales y de estilo de vida.

La relación entre el uso prolongado de pantallas y la miopía es compleja. La evidencia actual no permite afirmar de manera concluyente que las pantallas sean la causa directa de la miopía. Es más probable que el uso excesivo de dispositivos electrónicos sea uno de varios factores que, en conjunto con la predisposición genética y otros hábitos (como la poca exposición a la luz natural), contribuyan a la aparición o progresión de la miopía.

En otras palabras, aunque el tiempo dedicado a actividades de visión cercana es un factor de riesgo, no es el único responsable. La miopía es una condición multifactorial, y la interacción entre genética y ambiente juega un papel crucial. Las investigaciones continúan para determinar cómo exactamente se relacionan estos factores y cuáles intervenciones podrían ser efectivas para prevenir su progresión.

Ante el aumento del uso de pantallas, es importante adoptar hábitos que ayuden a mitigar la fatiga ocular y, potencialmente, reduzcan el riesgo de desarrollar miopía o su progresión:

1. Regla 20-20-20: cada 20 minutos, aparta la vista de la pantalla y mira algo que esté a 20 pies (unos 6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Este pequeño descanso ayuda a relajar los músculos oculares.
2. Aumentar el tiempo al aire libre: especialmente en niños, se recomienda pasar al menos 1 a 2 horas diarias al aire libre. La luz natural no solo es beneficiosa para la salud general, sino que también puede tener un efecto protector contra la miopía.
3. Ajustar la iluminación y la configuración de la pantalla: mantén una iluminación adecuada en el área de trabajo para evitar el deslumbramiento y ajusta el brillo y el contraste de la pantalla según las condiciones ambientales.
4. Mantener una postura adecuada: asegúrate de que la pantalla esté a una distancia y altura cómodas, evitando posturas que puedan generar tensión en el cuello y los ojos.
5. Realizar revisiones periódicas con un profesional de la visión: es fundamental acudir regularmente a un oftalmólogo para detectar a tiempo cualquier cambio en la visión y tomar las medidas necesarias.