¿Sabías que puedes tener un infarto en los ojos?
16 Noviembre 2023
El sistema circulatorio es una red compleja que irriga sangre a todos los rincones de nuestro cuerpo, asegurando el suministro necesario de oxígeno y nutrientes. Sin embargo, a veces, este sistema puede fallar, dando lugar a condiciones médicas sorprendentes y poco conocidas. Una de estas condiciones es el infarto ocular.
¿Qué es un infarto ocular?
Comúnmente conocido como infarto retiniano, un infarto ocular es el bloqueo repentino de los vasos sanguíneos que irrigan la retina, la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Este bloqueo puede deberse a la formación de un coágulo de sangre o la obstrucción de una arteria, interrumpiendo el flujo sanguíneo y privando a las células de oxígeno y nutrientes esenciales.
Los síntomas de un infarto ocular pueden variar, pero comúnmente incluyen pérdida repentina de visión, visión borrosa o distorsionada, y la aparición de manchas oscuras. La rapidez con la que se busque atención médica puede marcar la diferencia en la recuperación, ya que la detección temprana es esencial.
Los profesionales de la salud utilizan diversas pruebas, como la angiografía con fluoresceína y la tomografía de coherencia óptica, para diagnosticar un infarto ocular y evaluar su gravedad. Estas pruebas proporcionan imágenes detalladas de la retina y los vasos sanguíneos, permitiendo a los médicos tomar decisiones informadas sobre el tratamiento.
Factores de riesgo
Al igual que con los infartos cardíacos, existen varios factores de riesgo asociados con los infartos oculares. La hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad son factores que pueden aumentar las posibilidades de experimentar esta condición. Además, las personas mayores y aquellas con antecedentes familiares de enfermedades vasculares pueden estar en mayor riesgo.
Tratamientos y prevención
El tratamiento para un infarto ocular depende de la causa subyacente y de la gravedad del bloqueo. En algunos casos, la administración rápida de medicamentos anticoagulantes puede ayudar a disolver los coágulos y restaurar el flujo sanguíneo. Sin embargo, en situaciones más graves puede ser necesario realizar procedimientos invasivos para eliminar la obstrucción.
La prevención es clave, y adoptar un estilo de vida saludable puede reducir significativamente el riesgo de infarto ocular. Controlar la presión arterial, mantener niveles saludables de colesterol, evitar el tabaquismo y llevar una dieta equilibrada son pasos importantes.