
Ojo seco: hábitos que perjudican la salud ocular
13 Enero 2022
Algunos hábitos diarios pueden afectar nuestra vista y ocasionar daños graduales, si no prestamos atención. También podrían provocar molestias, que pueden resolverse mediante prácticas que ayudan a combatir sus efectos y mejorarlos. A continuación, te explicamos algunos de ellos.
1. Uso continuo de pantallas y dispositivos móviles
El uso prolongado de pantallas y dispositivos móviles puede provocar cambios en la superficie ocular, especialmente relacionados con el ojo seco. Esta condición es causada por la incapacidad de las glándulas lagrimales de producir suficientes lágrimas para mantener los ojos lubricados.
2. El tabaquismo
Fumar es otro factor de riesgo para el ojo seco: este hábito puede provocar que los vasos sanguíneos se contraigan o estrechen, lo que resulta en una falta de lubricación en la superficie del ojo, la cual provoca irritación ocular.
3. Aire acondicionado, calefacción o viajes en avión
Algunos factores ambientales pueden causar ojo seco, como la exposición continua a espacios con aire acondicionado y/o calefacción, o volar durante varias horas.
4. Las lentes de contacto
Las personas que usan lentes de contacto deben prestar especial atención y seguir los cuidados de higiene necesarios. Se recomienda que estos pacientes acudan al oftalmólogo periódicamente, dado que tienen más probabilidades de padecer queratitis infecciosa, la cual es una infección corneal provocada por bacterias, hongos o virus, y que debe ser tratada de inmediato para evitar la pérdida de la visión. Los síntomas más comunes de esta infección son fotofobia (intolerancia anormal a la luz), lagrimeo y ojo rojo.
Se recomienda también una buena higiene de las manos; el uso apropiado de soluciones y líquidos para conservar los lentes de contacto; no utilizarlos en playas o piscinas; no dormir con ellos puestos; y no excederse en su uso durante el día.
5. Una buena higiene palpebral
Esta también es una medida de prevención importante frente a infecciones y ojo seco. Las personas con un déficit de lubricación en la película lagrimal pueden producir un tipo de lágrima espesa y notar sequedad ocular o caspa en las pestañas. Para evitar que esto ocurra, es imprescindible tener una higiene palpebral adecuada, lavando los párpados con jabón neutro o con toallitas palpebrales y, ante cualquier molestia, acudir al oftalmólogo para que pueda determinar la causa y recomendar el tratamiento más adecuado.